13 de Mayo, 2012 - Sexto Domingo de Pascua Cantemos al Señor un canto nuevo El que me ama, cumplirá mi palabra Antífona de Entrada Con voz de júbilo, anunciadlo; que se oiga, que llegue a todos los rincones de la tierra: el Señor ha redimido a su pueblo. Aleluya. Se dice Gloria. Oración Colecta Oremos: Concédenos, Dios todopoderoso, continuar celebrando con amor y alegría la victoria de Cristo resucitado, y que el misterio de su pascua transforme nuestra vida y se manifieste en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén. Primera Lectura Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (10, 25-26. 34-35. 44-48) En aquel tiempo, entró Pedro en la casa del oficial Cornelio, y éste le salió al encuentro y se postró ante él en señal de adoración. Pedro lo levantó y le dijo: “Ponte de pie, pues soy un hombre como tú”. Luego añadió: “Ahora caigo en la cuenta de que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que fuere”. Todavía estaba hablando Pedro, cuando el Espíritu Santo descendió sobre todos los que estaban escuchando el mensaje. Al oírlos hablar en lenguas desconocidas y proclamar la grandeza de Dios, los creyentes judíos que habían venido con Pedro, se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se hubiera derramado también sobre los paganos. Entonces Pedro sacó esta conclusión: “¿Quién puede negar el agua del bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo lo mismo que nosotros?” Y los mandó bautizar en el nombre de Jesucristo. Luego le rogaron que se quedara con ellos algunos días. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Salmo Responsorial Salmo 97 El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad. Aleluya. Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad. Aleluya. El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad. Aleluya. La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad. Aleluya. Segunda Lectura Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (4, 7-10) Queridos hijos: Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor. El amor que Dios nos tiene se ha manifestado en que envió al mundo a su Hijo unigénito, para que vivamos por él. El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. El que me ama, cumplirá mi palabra, dice el Señor; y mi Padre lo amará y vendremos a él. Aleluya. Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Juan (15, 9-17) Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena. Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre. No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Se dice Credo. Oración de los Fieles Celebrante: Hermanos, alegres por la resurrección de Jesús, oremos junto a toda la Iglesia diciendo: Te rogamos, óyenos. Para que la Iglesia contribuya positivamente a la promoción y liberación evangélica de los hombres y mujeres de nuestra sociedad. Oremos al Señor. Te rogamos, óyenos. Para que con actitud de misericordia el Papa y nuestro Obispo testifiquen que Cristo venció el pecado y nos mereció la vida verdadera. Oremos a Señor. Te rogamos, óyenos. Para que el Espíritu Santo se derrame abundantemente con sus dones en los que han sido incorporados a la Iglesia y los haga testigos del Evangelio. Oremos al Señor. Te rogamos, óyenos. Para que exista entendimiento entre todos los hombres, naciones y razas. Oremos al Señor. Te rogamos, óyenos. Para que los misioneros, médicos, maestros y todos los que sirven a los más necesitados, experimenten que Cristo es su recompensa. Oremos al Señor. Te rogamos, óyenos. Para que nuestro amor sea generoso y no pongamos nunca barreras a sus exigencias. Oremos al Señor. Te rogamos, óyenos. Celebrante: Escucha, Señor, nuestras oraciones, enséñanos a amar y a permanecer unidos a Ti, para que un día podamos disfrutar de la gloria que Cristo nos mereció. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. Oración sobre las Ofrendas Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos, y purifica nuestros corazones para que podamos participar dignamente en este sacramento de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Prefacio de Pascua V Cristo, sacerdote y víctima El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado. Porque Él, con la oblación de su cuerpo en la cruz, llevó a plenitud los sacrificios de la antigua ley, y al ofrecerse a ti por nuestra salvación quiso ser a un tiempo, víctima, sacerdote y altar. Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria. Santo, Santo, Santo... Antífona de la Comunión Si me amáis, cumplid mis mandamientos, dice el Señor; y yo rogaré al Padre, y él os dará otro Abogado, que permanecerá con vosotros para siempre. Aleluya. Oración después de la Comunión Oremos: Dios todopoderoso y eterno, que, en Cristo resucitado, nos has hecho renacer a la vida eterna, haz que este misterio pascual en el que acabamos de participar por medio de la Eucaristía, dé en nosotros abundantes frutos de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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